martes, 13 de abril de 2010

Reforma laboral: una prueba para el PRI



El desempleo, en todo momento, pero en especial en tiempos de crisis, es una de las preocupaciones más grandes que tenemos. Por un lado, las personas jóvenes y sin experiencia difícilmente consiguen uno, pero al no conseguir, evidentemente nunca tendrán experiencia. Por el otro lado, las personas mayores de 45 años, ya no son contratados por ser considerados “viejos”, en la plenitud de su vida. Las mujeres sufren, además de las anteriores, discriminación por su condición de mujer, que, si somos francos, pareciese ser un estado de vulnerabilidad, más que un género simplemente. A ellas se les pide estudios de no gravidez y se les imponen condiciones de trabajos imprácticas e insensibles, considerando que muchas de ellas son madres. Como dato, hoy las mujeres estudian cuatro meses más que los hombres, pero están ganando 40% menos dinero al mes.

A lo anterior debemos de aunarle las deficiencias de Ley, pues los patrones tienen más que perder, que ganar, al contratar un empleado. Es claro que el in dubio pro operario es mal entendido en nuestro derecho laboral, pues éste implica, por definición, que en el caso de duda o interpretación fallar a favor del trabajador, no juzgar y legislar en contra del patrón. Lo anterior es producto de las décadas donde el corporativismo sindical fue una herramienta de control del Estado, pero en un México democrático y abierto al mercado mundial, esto ya no cabe.

En consecuencia, un joven que llega a una empresa seguramente no será contratado o de serlo, lo será por honorarios o de algún modo donde la relación laboral sea precaria e informal. El por qué es muy claro, este joven de no adecuarse al perfil tendrá que ser despedido, pero ésta no es causa justificada de despido, siendo que debería ser de las primeras, y en consecuencia el o la joven demandará su liquidación y los salarios caídos, que en una empresa pequeña o mediana, tras meses de juicio, éste puede ser motivo de quiebra. Al final del día esta ley que supuestamente persigue “proteger al trabajador” es la que motivó que éste(a) no tenga empleo. En consecuencia, y como se está promoviendo en la serie de reformas que presentó el PAN en materia laboral, sería muy positivo que existiera un mecanismo que permita tener a prueba a este(a) joven, cobrando sueldo y gozando de seguridad social el tiempo que esté a prueba, sin que al patrón le genere un problema como el antes descrito. De igual modo se está regulando la relación con las personas que llegan a aprender, sin que exista una figura de explotación, como lo fue la del “aprendiz”, sino una como la del “educando”, la cual será temporal e improrrogable, en favor del trabajador, y tampoco es consecutiva con la de trabajador a prueba, o sea, estas figuras no operarán más de seis meses y ni de modo consecutivo. Antes los aprendices duraban años como tales y se les pagaba una miseria.

Esta Reforma Laboral regula, también, el outsourcing, lo que puede generar relaciones de mayor certidumbre para los trabajadores y el trabajo temporal, para que las personas puedan cotizar durante estas temporadas.

Hay tres puntos en esta Reforma que se vuelven esenciales. En estos tres puntos se pondrá en prueba al PRI, veremos si existe un nuevo PRI o si es el mismo de siempre, aquel de los beneficios al ruin sindicalismo mexicano. El Primero es volver optativa la posibilidad del pago de cuotas sindicales, para no cargarle al patrón ese gasto de modo automático. La Segunda es la rendición semestral de cuentas por parte de los sindicatos a los trabajadores, cosa que hoy no existe. La tercera, y quizás la más sensible, la elección libre y secreta de los líderes sindicales, cosa que hoy no pasa. Si esto se lograra, se prohibiría elecciones abiertas, donde el líder sindical ve quién vota por quien y se evitarían las represalias que existen en contra de aquellos trabajadores que sufragan en contra.

Esta Reforma, la cual aplaudo, es realmente positiva para las relaciones patrón-trabajador, pero, sobre todo, nos demostrará quién es el PRI, un partido nuevo o un partido viejo, mezquino y fosilizado. Creo que la tesis de Sergio Aguayo, aquella que sostiene que el PRI sólo busca “modernizar el totalitarismo”, se verá reflejada en el debate y en el eventual rechazo a esta Reforma tan necesaria para el país.

David Agustín Belgodere “Bogus

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