Sin lugar a dudas, el tema Político-Electoral en boga, es el de las alianzas entre el PAN y la “Ala” mexicana de Izquierda, base que le sirve al Revolucionario Institucional para dar tinte de Contranatura a esta mancomunidad.
Lo primero que debemos aclarar, es que este acto se da, según la Geografía Política, entre la Izquierda Moderada del PRD y el Centro Derecha del PAN, si bien es cierto que la oposición ha teñido en sus discursos a Acción Nacional como Partido de Derecha, éste ha demostrado varias cosas; la primera es que dichas terminologías cayeron junto con el muro de Berlín, que estos términos simplistas solo son accidentales, a causa de un hecho peculiar de la Revolución Francesa, también que esta polarización sólo trajo colapsos sociales, políticos y económicos, y que en México, no hay una cultura de suficiente información sobre ideologías, con lo cual, el vocablo se reduce a migajas de la politiquería matizadora.
Por lo cual, el planteamiento Priista carece de sentido al afirmar que es Mounstroso este “noviazgo” político, ya que si avanzamos hacia el centro político, siguiendo esta lógica de Geografía, observamos un punto de encuentro, un recinto apenas cierto, apenas perceptible, incluso involuntario, pero existe en ese nudo, cuando la Izquierda quiere pasar de moderada a lógica y el Centro derechismo transita al Humanismo, esta sinergia se da en la “Justicia Social”, reclamada por Acción Nacional en su primera proyección de Principios de 1965 y siendo la más permanente bandera política del la Revolución Democrática, tanto en su Historia como identidad.
La pregunta necesaria aquí es, ¿porqué una alianza?, ¿Porqué en estos Estados?
Como en muchos lapsos de la política en México (y en general), la contraposición de argumentos permite abrir el debate y sólo admite un ganador, en algunas ocasiones se imponen los Sofistas, aquellos que su único fin es convencer, y en otras ocasiones los Socráticos, quienes privilegian la Ética y persuaden con la verdad.
Por ello me resulta impostergable exhortar a aquellos que creen que las alianzas van acompañadas de un proyecto común social, para aquellos mexicanos que han “vivido” en estos Estados totalitarios, a quienes creen que hay estrategia y rumbo para estas elecciones de excepción, y para aquellos que después de un pleno ejercicio interno de reflexión, consideran que es sensato el camino Institucional y que el beneficio de la duda la tiene nuestra dirigencia nacional, más allá del movimiento de autocrítica que existe y debe de existir.
Incluso los resultados no serán “veredicto” de si la decisión fue la correcta, una victoria tiene que ir acompañada de resultados que contrasten el pasado, y esto llevara tiempo, una derrota seria solo un juicio mediato y oportuno, pero no definitorio, me parece que es el momento de apostar y apostar fuerte, sin claudicar a nuestros principios, ya lo demostró la Democracia Cristiana en Chile con la “Agenda Valórica”, en la cual, fiel a sus ideas, se alió a la oposición de Derecha en temas a favor de la vida, aun siendo Gobierno.
Quienes no tienen tiempo, quienes no saben de ideologías y no entienden de tecnicismos, son el hambre, la pobreza, la marginación y la desigualdad, ellos viven en Oaxaca, Hidalgo, Veracruz y muchos estados mas que no han tenido la bondad de la alternancia, y aunque ello en sí no es garantía de desarrollo, si es posibilidad de esperanza y redefinición de la vida publica de la sociedad.
La tesis será de entre quienes se arriesgan para cambiar ó los que solo contemplan para seguir igual, siendo cómplices pasivos de la deshumanización colectiva en estos Estados.
Christian López Patiño
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